viernes, 15 de noviembre de 2019

Un Dia



UN DIA…

En una casa, en las montañas de una región exuberante de árboles y
animales habitaba una pareja de abuelos que, por cosas de la vida cuidaban
a sus dos bellos nietos Jacobo un niño con los ojos grandes inteligente y muy
ágil y Eva Luna una niña inteligente y feliz su cabello ondulado y negro
permanecía siempre enredado por que no paraba de jugar con su hermano
de árbol en árbol, imaginado que estos gigantes, eran sus carros, casas o
simplemente sus culombios. Todas las mañanas Doña Raquel y Don Braulio,
se despertaban felices porque lo tenían todo, sus tres vacas le
proporcionaban la leche para el chocolate que no podía faltar, sus gallinas
los buscaban sin falta cada mañana para recibir el desayuno, además tenían
el amor infinito de sus dos nietos, los cuales le profesaban un amor y cuidado
mutuo. Un mañana de verano los niños salieron a la escuela de la vereda,
para Jacobo era su primer día de clase para Eva Luna su tercer año, la
escuela quedaba a 30 minutos de camino, un camino que se convertía en un
patio de juegos y gritos de los niños en el camino iban recogiendo a sus
compañeros, Luisa, Leidy, y Nicolás el más grande de ese grupo. Al llegar a
aquella escuela de color verde y blanca con las tejas un poco viejas por el
tiempo y el clima de aquella zona del trópico, con una cancha de cemento
que quedaba en la mitad de la escuela con flores y árboles. Su profesora
nunca les faltaba, todas las mañanas estaba esperando a la misma hora
para enseñarle un poco de la ciencia, la naturaleza, las matemáticas entre
otras actividades que estaban en el currículo. Pero ese día ella nunca llego a
su sitio de trabajo los niños un poco sorprendidos por la ausencia de la
profesora decidieron regresar a casa, en el camino encontraron unas raras
huellas de un animal grande, la curiosidad de Nicolás, Eva Luna y de Jacobo
hizo que este grupo de niños se desviaran de su camino, el que los llevaba a
sus casa; comenzaron a entrarse en el bosque tupido y siguiendo el rastro de
este animal que llamaba la curiosidad de este grupo de niños, pasaron la
quebrada, caminaron y caminaron, cuando se dieron cuenta los niños
estaban perdidos, y el hambre del medio día los hizo caer en cuenta que era
hora de regresar a sus casas, asustados los niños comenzaron a gritar para,
que alguien les respondiera, pero ese modo de comunicación nunca
funciono, pero lo que encontraron fue una osa con sus dos crías dispuesta a
defenderlas, los niños gritaron esta vez del susto que les provoco encontrar a
la osa furiosa por estos curiosos, y del susto, todos en poco tiempo estaban
trepados a un árbol, Leidy de miedo no puedo contener la risa, mientras que

2
Jacobo lloraba, Nicolás, trato de calmar a sus compañeritos, allí estuvieron 1,
2 o 3 horas y la osa con sus oseznos desapareció, para ese momento los
padres y abuelos de los niños tenían una mezcla de rabia y preocupación por
la ausencia tan prolongada de sus pequeños. Toda la comunidad salió a
buscar a sus niños, que estaban perdidos en el bosque, Nicolás mientras
tanto iba recorriendo el camino en su mente y así llevo a sus compañeros al
camino, principal, allí lo esperaba su familia y la familia de todos, con un
poco de ruido por el momento, de sentimientos encontrados de rabia y
alegría su padre un hombre sabio, llevaba una ramita de esas que se
encuentran los adultas por ahí, y en el mismo instante decidió, atinar a las
nalgas de este niño que le había, propinado el susto más grande de su vida.
Después de este acto tan bochornoso para Nicolás, su padre y madre lo
abrazaron como la primera vez que lo vieron, para los otros cinco niños y
niñas la cosa no cambio mucho, sus padres y abuelos los abrazaron entre
regaños y murmullos, de un castigo en casa, pero todo cambio cuando por
segunda vez en el día vieron a esa osa quien había incitado a su curiosidad,
ella majestuosa y hermosa les regalo el día más singular de vidas, ella se
paseó y todos ellos se quedaron congelados viendo su bellas formas y a sus
tiernas crías paso por allí y nadie dijo nada, nadie grito, ella paso y regreso a
su casa, como todos ellos, regresaron con una cara de sorpresa y alegría por
el momento tan lleno de emociones, y así termino otro día, en una de las
zonas más pacificas de la tierra. Los abuelos tenían de regreso a sus nietos,
y esa noche en casa de Doña Raquel y Braulio, estuvo llena de anécdota, al
igual que en la casa de sus compañeros.
Esperamos ver un País en Donde los niños puedan vivir una infancia entre
cantos, juegos, grito y alegría, donde sus derechos sean respetados; cuando
los fusiles dejen de sonar, y el único llanto sea de los padres y madres sea
de alegría por volver a ver a sus hijos.


Ejercicio de los estudiantes en maestria de derehos humanos UPTC

No hay comentarios:

Publicar un comentario